En este caso, depende del lugar de donde se esté
observando. Al ser el planeta Tierra el que está siendo tragado, al principio
se sentirá el cambio de gravedad y se notará de manera más drástica en tanto
sigamos cayendo al agujero negro al atravesar el horizonte de sucesos (punto
de no retorno). Si nuestros pies están más cerca del agujero que nuestra
cabeza, nos estiraríamos tanto que nos haríamos pedazos.
Sin embargo, si una
persona está observando fuera del agujero va a ver que nuestra
velocidad se va reduciendo cada vez que nos acercamos al horizonte de sucesos y
que nunca llegaremos a rebasarlo.
Esto es debido al incremento de la velocidad
de fuga. La luz que emitimos tarda cada vez más tiempo en llegar a la persona
que lo está observando, hasta el momento en el que la velocidad de fuga del
agujero negro es igual a la de la luz. En este mismo momento, la luz queda
atrapada en el horizonte, y llega la sensación de estar congelado.
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